Reencuentro, ¿amistoso? (Megan)

Aquella tarde había acordado verme con Megan, había regresado de su viaje a Paris y estaba algo inquieto desde que se había ido, ya que no sabía realmente si había hecho algo malo que la hubiese hecho querer marcharse de nuevo.Aquella noche de tregua había sido extraña, no molesta, pero si algo dolorosa por sentir un pequeñ anhelo al recuerdo.Quizás había sido por el beso, ¿qué demonios me había pasado?, había sido un estúpido al besarla, pero no me había dado cuenta que su vida y la mía había tomado caminos diferentes hacía apenas un año.Me paré frentea una fuente, revolviéndome el pelo.

Ahora que las aguas estaban un poco más calmas, que mi vida vuelto a la normalidad, recién en ese momento me había sentido con el valor suficiente para hablar, cara a cara con Mitch.
No tenía idea de cómo iba a terminar ese día, aunque esperaba que bien. Durante todo el día, de a momentos, recuerdos me asaltaban y hacían que las horas no pasasen. Cuando ubiqué con la mirada a Mitch me acerqué con paso resuelto. aunque a medida que lo hacía, sentía un estremecimiento interior que intentaba disimular.
Ya había tomado una decisión desde hacía un tiempo, y nada me iba a hacer cambiarla. Lo vi revolviéndose el cabello y me reí levemente. Le di un beso en la mejilla y saludé, dudosa. - Hola... -

Oí algunos pasos tras de mi y luego entí un beso sobre mi mejilla, una leve sonrisa se dibujó e mi rostro y me giré para ver a Megan.
-Hola,desaparecida, me alegro de volver a verte.-le dije bromeando.

Reí. - Me desaparecí por motivos justificados, así que no tienes nada que reprocharme. - le dije, siguéndole la broma. - Yo también me alegro de volver a vernos. - concluí, sonriendo. Me senté en un banco que había por allí cerca y esperé a que Mitch se acercara.

Alcé las manos cuando habló como si me apuntase con un arma y reí.
-Esta bien, no haré preguntas.-dije riendo y al ver que se sentaba también me senté, pero en lugar de sentarme como todos harían, me senté sobre el borde del respaldo y apoyé los pien donde ella se sentaba.-Si, yo también, fue cruel dejarme allí solo.-bromeé.

- Esta bien. - dije, alzando las manos. - Lo siento... pero es que no tenía valor para quedarme. Es un poco difícil de explicar. - contesté. Quizá el no lo supiera, pero me estaba sincerando con él como nunca antes, en otra ocasión quizás jamás hubiese admitido que fue cruel haberlo dejado allí solo, y aunque no me atrevía aún a preguntarle que era lo que quería que habláramos, me hacía una idea y eso me ponía nerviosa.

Me reí y la miré, apoyando el codo sobre mi rodila y la cabeza sobre la mano de este, mirándola sonriente.
-Solo bromeaba, no tenías que disculparte, sabía que acabarías marchándote...es algo que digamos ya tengo asumido.-dije entonces.

Sonreí y miré con atención su rostro, a veces llegaba a preocuparme que se me notara demasiado la tención que ponía y cómo lo miraba. - Supongo que te ahorraste entonces un sufrimiento. - bromeé, para luego quedarme algo seria y mirarme las manos, las cuales estaban entrelazadas sobre mis piernas. Mi pelo caía sobre mi rostro, para suerte mía. - Y... dime... ¿qué era lo que querías que habláramos precisamente? - pregunté. - Yo sólo tengo una cosa para decirte, pero antes quiero oírte a ti. - pedí.

Mi sonrisa continuó constante, hasta que habló una segunda vez y mis labios se tensaron de nuevo en una línea recta y desvié la mirada un momento, ladeando el rostro y observando todo lo que ocurría allí alrededor, de una forma ajena a nosotros. Continué sin mirarla cuando hablé más serio.
-¿Por qué te fuiste a Paris?-pregunté de golpe, no solía andarme con rodeos.

Suspiré. Eso era inevitable. - Bien, yo tampoco me voy a andar con rodeos. Yo me fui a París porque... necesitaba aclarar mis sentimientos hacia tí. Solamente eso. - dije, resuelta, pero aún mirando mis manos. La decisión ya estaba tomada, no había vuelta atrás.

Continué con la vista perdida en el agua que caía en la fuente no muy alejada.Aquello no me distraía de sus palabras, todod se había vuelto muy complicado desde el reencuentro entre los dos en L.A., ¿pero cuándo no había sido complicado? Me sorprendí cuando oí sus palabras al completo y cerré un momento los ojos.
-¿Tus sentimientos por mi? Paris no es un buen lugar entonces...

- Contrario a lo que piensas, sí fue un buen lugar. Yo necesitaba algo que me recordara las cosas buenas que hemos pasado. Algo que me indicara que vale la pena hacer lo que decidí hacer. - dije, volviendo a mirarlo. Me di cuenta que miraba hacia otro lado, y no sabía como interpretar eso. Mi nerviosismo aumentó, y volví a dirigir mi mirada a mis manos.

Suspiré pensativo y me llevé una mano al rostro y después al pelo, cerrando los ojos de nuevo un instante.
-También hubo cosas malas...-admití.

- Lo sé perfectamente, pero, nada nunca es 100 por ciento perfecto, ninguna relación es siempre felicidad y amor, a veces remarcar los defectos nos hace mejorar. - acoté.

La miré un momento de reojo, intentando leer sus ojos, y aunque mimirada buscó la suya en aquel momento al no encontrarla volví a desviarla.
-En eso llevas razón, pero es demasiado doloroso, ¿no crees?, dejar que te hieran y que vean lo que te duele...-dije casi en un susurro.

- Yo lo estoy haciendo ahora. Quizás no te des cuenta, pero para mi es doloroso admitir mis errores, mis sentimientos y demás. A veces hay cosas que hacen que valga la pena verdaderamente.- admití, conteniendo el vendaval de sentimientos que me recorrían.

Dirigí por primera vez mi mirada hacia ella, ladeando el rostro en su dirección e inclinándolo para verla mejor debido a mi posición.
-¿Cómo que?-le pregunté repentinamente.

- Supongo que los sentimientos hacia alguien, la seguridad de saber que si ambos se lo proponen pueden salir adelante. - insinué. Percibí que me miraba y giré mi rostro hacia él, algo nerviosa, pero siempre manteniéndome fuerte.

La miré con firmeza, manteniendo su mirada y con seriedad, algo tenso y nervioso, no sabía como reaccionar.
-Todo se ha vuelto muy confuso...¿no crees?

- No lo sé. Sólo sé que hay una cosa clara para mí, y es que aún siento como si fuera el primer dia juntos, y que quiero que tomemos otra oportunidad juntos. - dije, sin mas vueltas. Si iba a decírselo, me quería dejar de vueltas, estaba harta, luego de tanto tiempo, necesitaba decirle todo, y aunque no fuera lo mismo, aunque yo hubiese cambiado, aún creía tontamente en que podíamos salir adelante.

Me quedé atónito cuando la oí.Desvié nuevamente la mirada sin saber que hacer...le había hecho tanto daño en el pasado...había aceptado qe no pudiese perdonarme e incluso que me odiase...aquello me desbordaba...

Después de todo lo dicho, él solo se mantuvo en silencio. Silencio, maldito silencio. Pero bueno, ¿que más podía esperar? ¿Debería esperar una respuesta? No sabía si quería escucharla. Bien, había metido la pata antes, y era comprensible, pero el silencio no era algo que pudiera soportar demasiado bien, pero tampoco quería presionarlo pidiéndole una respuesta. Esperaba que algún dia me la diera, pero no sería en ese momento quizás. Quizá no había querido ver la realidad de que nada era lo mismo, pero era una ilusión que quería mantener.

Suspiré nuevamente bajando el rostro.
-Meg...te hice mucho daño...nada acabó bien entre nosotros...

- ¿Y a quién le importa? Si yo soy la que estoy diciendo que quiero otra oportunidad para los dos, es porque prefiero arrisgarme, lo único que quiero es volver a amar y... a ser amada. - concluí, en un susurro. - Así que no acepto eso como excusa. Si ya no sientes nada por mi, dímelo, lo entenderé. - dije, resuelta. ¿Qué mas iba a hacer, además de aceptarlo? Reprimí una leve risa, al darme cuenta que esta vez, la situación era al revés totalmente, pero a este punto, no me importaba nada más que ese momento.

Me quedé pensativo un instante.
-Si siento por ti...pero también siento por alguien más...-admití. No sabía muy bine que era lo que sentía por la otra chica pero...no podía arriesgrame a hacerle daño otra vez.

Dirigí mi mirada al suelo, completamente desbordado...no sabía que hacer o que pasaría...Megan era muy importantee para mi...pero mis sentimientos estaban demasiado confusos en aquel momento como para aventurarme y hacerle daño de nuevo, era lo menos que quería.La escuché y la miré, entonces vi como se levantaba, no supe que decir y las palabras no llegaron a surgir hasta que reaccioné y levantándome de un salto tomé su mano un momento para detenerla.
-Lo siento Megan.-dije bajando la mirada de nuevo y dándome cuenta de lo estúpido que había sido aquello.

Su pregunta me tomó por sorpresa y suspiré soltando su mano vacilante.
-No lo sé, eso es lo peor...que siento muchas cosas...

- Pues... Si sientes muchas cosas, sólo es cuestión de organizarlas... - suspiré. - Me gustaría poder ayudarte, pero no estoy muy segura de cómo. - admití.